Integrantes del equipo de MailerLite.
Imagina que eres un cliente dudando entre dos productos iguales: el precio, las fotos, incluso la marca no te convencen totalmente.
Pero, al final, eliges uno porque un texto breve, bien escrito, te tocó una emoción, explicó con claridad la promesa y te dio seguridad. Eso es copywriting en acción.
El copywriting no es solo escribir bonito: es el arte de usar palabras para persuadir, de transformar lectores en suscriptores, suscriptores en clientes y clientes en fans. En este artículo, te llevaré desde los fundamentos más sólidos, hasta técnicas avanzadas y un tutorial práctico que puedes aplicar hoy.
Bajo mi punto de vista, todo el mundo debería aprender copywriting si tiene un negocio o quiere profesionalizar la comunicación.
Bienvenido al laboratorio de las palabras que venden. Comencemos.
En los últimos años la disciplina del copywriting ha cobrado protagonismo en blogs, cursos y podcast. Pero ¿en qué consiste realmente?
Según Ivo Fiz, uno de los referentes en este campo, el copywriting es «el arte y proceso de escribir textos persuasivos destinados a impulsar acciones de marketing y venta». No solo se trata de redactar palabras bonitas; el buen copy combina psicología, creatividad, storytelling y técnicas de persuasión para crear mensajes que informan, convencen y convierten.
En mi opinión, definir el copywriting como “redacción publicitaria” se queda corto. El copy se aplica a multitud de formatos (anuncios, emails, guiones de vídeos, páginas web…), y puede enfocarse tanto en crear una identidad de marca como en lograr conversiones inmediatas.
💡 Por eso Ivo Fiz distingue entre copywriting de marca, que construye la personalidad verbal de una empresa, y copywriting de respuesta directa, diseñado para provocar una acción concreta.
Dicho de otra forma, es técnica y arte a la vez. Como técnica, utiliza métodos basados en neuromarketing; como arte, juega con el tono, las emociones y el ritmo para seducir al lector.
Si te preguntas por qué deberías aprender copywriting, piensa en tu propio comportamiento como consumidor.
Cada vez que compras algo, transitas el viaje del cliente: descubres un problema o deseo, buscas soluciones, comparas y finalmente decides. El copywriting acompaña al cliente en cada etapa, adaptando el mensaje para captar la atención, despertar el deseo y convencerle de dar el siguiente paso.
Además de generar ventas, el copywriting diferencia a una marca y crea vínculos emocionales.
Un texto bien trabajado ayuda a construir una personalidad única, a transmitir valores y a conseguir que el público se identifique.
📈 Las estadísticas no mienten:
Según Ivo Fiz, un 73 % de los negocios invierten en copywriting precisamente para desarrollar su historia de marca.
¡La pregunta del millón! Es habitual confundir la redacción de contenidos con el copywriting. Sin embargo, la función y el enfoque son distintos.
El copywriting se centra en la narrativa comercial y busca persuadir al lector para que realice una acción específica, como comprar o suscribirse.
Por el contrario, la redacción de contenidos se enfoca en educar, informar o entretener; su objetivo es construir una relación a largo plazo aportando valor.
Ambas disciplinas se complementan, pero conviene saber cuándo utilizar una u otra.
Imagina un blog que informa sobre nutrición: los artículos educativos fidelizan a la audiencia, mientras que los textos de las páginas de ventas (copy) buscan que ese lector se apunte a un curso o compre un programa de dieta.
Eleva tus textos y conecta mejor con tus lectores usando nuestras herramientas intuitivas. Crea contenido que enamore sin complicarte: desde el asistente de redacción con IA —ideal para pulir tu copy en segundos— hasta automatizaciones de email marketing y formularios de suscripción que trabajan por ti. ¡Da el siguiente paso y sorprende a tu audiencia!
Como has visto, el copy se adapta a diferentes objetivos y soportes. Existen varios tipos de copywriting, los cuales vas a conocer hoy:
Marca (branding): construye voz, valores y recuerdo; prioriza afinidad y consistencia a largo plazo.
Respuesta directa: busca una acción inmediata (registrarse, comprar, pedir demo) con ofertas, pruebas y llamadas a la acción claras. En la práctica, conviven: una marca sólida facilita que la respuesta directa convierta más.
Ejemplo (marca):
“Somos la energía que impulsa a las pequeñas tiendas a competir como grandes: logística sin complicaciones, soporte cercano y entregas que llegan cuando tus clientes las esperan.”
Ejemplo (respuesta directa):
“Activa hoy tu envío 24 h y ahorra 20% en tu primer mes. Empieza ahora →”
En estos casos, las métricas a seguir son el CTR y las conversiones por oferta/segmento.
Textos para home, páginas de producto/servicio y landing pages que guían de A→B con claridad, jerarquía y microdecisiones fáciles.
En web, cada palabra convive con diseño y UX: usa encabezados que expliquen el beneficio, bullets que aterricen la promesa y microcopy que desbloquee dudas (“Sin permanencia”, “Puedes cancelar en 1 clic”).
Ejemplo (sección de valor en landing):
“Menos texto legal, más ventas. Conecta tu tienda y activa recordatorios de carrito en 5 minutos. Sin código, sin sorpresas.”
Ejemplo (microcopy junto a botón):
Botón: “Probar gratis 14 días” · Microcopy: “No pedimos tarjeta.”
Mensajes brevísimos que deben ser relevantes, diferenciados y orientados a la búsqueda o al contexto.
En search, conecta titular y descripción con palabras clave y resalta una propuesta de valor concreta (“Envío 24 h”, “Soporte 24/7”). En social/display, lidera con un gancho y un CTA (clic through rate) inequívoco.
Ejemplos (Google Ads – búsqueda):
Título: “ERP para pymes sin costes ocultos” · Descripción: “Implantación en 7 días. Agenda demo y calcula tu ROI.”
Título: “Cursos de UX online certificados” · Descripción: “Clases en vivo + mentoría. Plazas limitadas.”
Las métricas interesante en las que debes fijarte son el CTR y la tasa de conversión por anuncio/consulta.
El asunto abre la puerta; el cuerpo conduce a una acción. Usa asuntos claros, breves y específicos (ideal: ≤ 60 caracteres) y evita trucos que degraden confianza. En el cuerpo, una sola idea por email, escaneable y con CTA visible.
Ejemplos (asunto + primera línea):
Asunto: “Plantilla de presupuesto 2025 lista para usar” · Preheader: “Descárgala y ahorra 3 h esta semana.”
Asunto: “-15% hoy en mochilas antirobo” · Preheader: “Solo hasta las 23:59—envío 24 h.”
Aquí, las métricas a seguir son las aperturas, el CTR y las conversiones por segmento.
Compites en un feed veloz: lidera con un hook (pregunta, sorpresa, “hot take”), mantén voz de marca y termina con CTA o propuesta de interacción (comentar, guardar, DM).
Conoce límites y formatos de cada red y prueba constantemente.
Ejemplos (post corto):
“¿Cuánto cuesta de verdad no hacer CRO? Estos son los 3 costes invisibles que vimos esta semana 👇”
“Si vendes cursos y tus emails no se guardan, no son útiles. 3 ideas para que tus alumnos quieran volver al correo:”
En el caso de las redes sociales, las métricas en el copywriting son el porcentaje de visualizaciones con interacción, los guardados, comentarios y clics.
Une persuasión y descubribilidad: responde a la intención de búsqueda mejor que nadie y ayuda a los buscadores a entenderlo (títulos descriptivos, subtítulos, enlaces internos, datos estructurados cuando aplique).
Escribe en modo people-first y usa las palabras clave de forma natural; el objetivo es que la página sirva al usuario y, de paso, sea elegible para un buen posicionamiento SEO en buscadores como Google.
Ejemplo (H1 + gancho para guía):
H1: “Cómo hacer una auditoría SEO en 7 pasos (plantilla descargable)”
Párrafo inicial: “En 45 minutos podrás detectar oportunidades reales: indexación, rendimiento y contenido ‘people-first’. Descarga la plantilla y empieza por la priorización.”
Aquí deberías medir los clics e impresiones por consulta/URL, CTR, tiempo en página y conversiones asistidas.
Antes de lanzarte a escribir, conviene entender algunas claves que repiten los principales expertos.
Existen 3 conceptos fundamentales: definir el objetivo del texto, conocer a tu buyer persona y preparar una propuesta de valor. Estos pilares te permiten orientar el mensaje y dirigirte a las personas correctas.
Piensa qué acción deseas que realicen tus lectores (hacer clic, suscribirse, comprar…). Recuerda que el copywriting es parte de una estrategia y debe alinearse con tus metas.
Investiga quién es tu cliente ideal, qué le preocupa, qué lenguaje utiliza y qué le motiva. Comprender las necesidades y problemas de tu público es esencial para que tus textos resuenen.
Explica por qué tu producto o servicio es diferente y cómo soluciona los problemas del cliente.
En mi experiencia, cuanto más claro y específico seas con los beneficios, más fácil será que tu lector se identifique.
También conviene aplicar algunos principios de redacción persuasiva, como:
Titulares impactantes: los títulos son el gancho que invita a seguir leyendo. Deben ser relevantes, concisos y creativos. Una pregunta que conecte con el punto de dolor del lector suele funcionar muy bien.
Lenguaje emocional: el uso de palabras que evocan emociones (descubre, experimenta, imagina) aumenta la efectividad del mensaje. Evita sonar impersonal; la empatía y la autenticidad construyen confianza.
Beneficios frente a características: los lectores quieren saber cómo mejorará su vida, no solo las especificaciones técnicas. Destaca los beneficios de tu producto y usa verbos de acción.
Claridad y brevedad: los textos persuasivos suelen ser directos y fáciles de entender. No abuses de los adjetivos ni de frases demasiado complejas.
Consistencia y tono de voz: utiliza un estilo coherente con tu marca y adapta el tono (formal, cercano, divertido) al contexto. Hablar en primera persona (“tú” y “nosotros”) ayuda a conectar.
Para estructurar el mensaje hay fórmulas clásicas que facilitan la redacción. Algunas de las más utilizadas son:
AIDA (Atención – Interés – Deseo – Acción): esta estructura refleja el viaje del cliente. Primero llamas su atención con un titular, luego generas interés explicando el problema, creas deseo mostrando cómo tu producto lo soluciona y terminas con una llamada a la acción.
Esta secuencia está en la base de muchos textos publicitarios y ya aparecía en las guías de Ivo Fiz.
PAS (Problema – Agitación – Solución): presentas un problema que el lector reconoce, intensificas su importancia y ofreces tu solución. Es una fórmula muy efectiva para emails o landing pages.
FAB (Features – Advantages – Benefits): describe primero las características de tu producto, luego las ventajas y, por último, los beneficios concretos para el usuario. Es útil en descripciones de producto y ventas técnicas.
Estas fórmulas no son reglas estrictas, pero sirven como guía para organizar ideas y asegurarse de que se cubren todos los puntos clave.
Ahora que ya sabemos qué es el copywriting y en qué consiste, vamos a arremangarnos y veamos cuáles son los pasos a seguir para establecer una línea de trabajo:
Antes de escribir una sola palabra, sal de tu cabeza y entra en la de tu lector. La mejor forma de hacerlo no es imaginar, sino escuchar.
Piensa en una app de facturación para autónomos que está a punto de lanzar su nueva página de ventas.
📌 El equipo cree que lo que más duele es “la complejidad del IVA”, pero las entrevistas con clientes dicen otra cosa: lo que agota es “perder los domingos cuadrando facturas”, “el miedo a meter la pata en una inspección” y “la vergüenza de pedir una prórroga al gestor”.
De pronto, el mapa cambia. Ya no vendes “módulos avanzados”, vendes “fines de semana libres” y “tranquilidad el día 30”.
Para llegar ahí, conversa con usuarios reales, revisa reseñas (propias y de competidores) y copia expresiones tal cual las dicen.
Esa voz del cliente se convertirá en tus titulares, en tus objeciones resueltas y en esa frase exacta que, al leerla, hace que el lector piense: “esto es lo mío”.
El copy se vuelve afilado cuando tienes claro qué quieres que ocurra al final. No es lo mismo pedir un email que pedir la compra.
Si tu objetivo es “solicitar una demo”, toda la página debe empujar a esa decisión: el título promete un resultado claro, los párrafos cuentan cómo llegas a ese resultado y cada sección termina señalando el mismo camino: “Reservar demo”.
Cuando dispersas objetivos (descargar un PDF, ver un vídeo, visitar el blog) conviertes la página en un zoco.
⮕ El lector no debe adivinar la meta; debe sentir que avanzar es natural. Imagina que entras en una landing y, desde el primer pliegue, todo te lleva a una agenda con horarios disponibles.
Cuentas menos cosas, pero ocurre lo que necesitas que ocurra.
Los buenos títulos no gritan; aclaran. Toman lo que descubriste en la investigación y lo condensan en una promesa específica. “De domingos perdidos a cierre en 30 minutos” dice más que “La app de facturación más completa”.
La primera línea debe responder a la pregunta íntima del lector: “¿Qué gano si sigo leyendo?”.
Añade, si puedes, un mecanismo que haga creíble la promesa: “cierre en 30 minutos gracias a conciliación automática y alertas inteligentes”. El lector no necesita el manual técnico ahora, solo una pista de cómo lo lograrás para confiar en que no es un eslogan vacío.
La introducción es el puente entre el mundo del lector y tu solución. Empieza por reconocer su realidad sin exagerar: “A final de mes no te faltan ganas; te falta tiempo y certezas”.
Después, sitúa el coste de no resolverlo: horas, errores, estrés. Y, por último, abre una puerta sin vender todavía: “En los próximos minutos te enseño el sistema con el que cientos de autónomos cierran el mes sin drama”. Es un gesto de respeto: primero comprendes, luego propones.
Cuando el lector se siente visto, baja la guardia. Y, con la guardia baja, entra la idea.
Ahora toca demostrar. No con adjetivos, sino con cambios concretos. Presenta una mini-historia: “Ana, fotógrafa, dedicaba 4 horas al cierre. Guardó su plantilla de clientes, activó la conciliación y puso dos alertas. Tres ciclos después, cierra en 28 minutos”.
Cada paso del relato enlaza con un beneficio tangible: menos repetición, menos dudas, más control. Si necesitas mencionar características, tradúcelas al idioma del lector: “Conciliación automática” se convierte en “no copiar datos dos veces”; “alertas” significa “te avisa antes de que el error duela”.
El cuerpo del texto funciona cuando el lector se ve en la historia y entiende que el resultado está a su alcance.
Vender es reducir riesgo.
Tus lectores han visto promesas que no se cumplieron; por eso las pruebas importan. Muestra testimonios con contexto (“De 4h a 40 min/mes, con cero sustos en auditoría. Marta, CFO en KlearFit”), cifras que cualquiera pueda entender y, si aplica, una demostración breve: un GIF del panel cerrando facturas en tiempo real vale más que veinte líneas.
La credibilidad también se construye con detalles: políticas claras, soporte visible, un lenguaje que no hace promesas imposibles. Cuando el lector piensa “si sale mal, no me quedo colgado”, has desmontado la objeción más silenciosa.
La decisión necesita dirección. Un CTA útil no es solo un botón; es una pequeña historia de tres palabras: acción, beneficio, seguridad. “Probar gratis, cierra el mes hoy, sin tarjeta” guía la mano y tranquiliza la mente.
Colócalo donde el impulso es natural: arriba para quienes llegan decididos, al final para quienes necesitaban la prueba, y en las zonas donde resuelves una objeción fuerte.
Si ofreces urgencia, que sea real: plazas, bonus o precios con fecha. La presión vacía funciona una vez; la claridad funciona siempre.
El mejor copy no se escribe: se reescribe. Deja reposar el texto y vuelve con ojos frescos. Léelo en voz alta.
Donde te trabes, hay una piedra para el lector. Quita lo que suene a ti y no al cliente; si una frase no empuja a la siguiente, cae.
Después, prueba en pequeño. Cambia el titular por otro basado en una promesa distinta, alterna la posición del testimonio, experimenta con el CTA.
No necesitas 20 test: necesitas aprender qué hace que tu lector avance. Con el tiempo, tendrás un puñado de patrones ganadores que repetirás con confianza.
Ahora que ya eres un auténtico experto en el noble arte del copywriting, repasemos qué hacer ante cualquier proyecto que debamos optimizar para persuadir a nuestros potenciales clientes:
✅ Practica y lee copys ajenos. La práctica constante es la mejor maestra. Analiza anuncios, emails y páginas de ventas de diferentes sectores para inspirarte.
✅ Mantén el ritmo. Alterna frases cortas y largas, utiliza preguntas y crea pausas. Un texto con ritmo atrapa más.
✅ Utiliza verbos de acción. Verbos como descubre, apúntate, transforma o comienza invitan a moverse.
✅ Aprovecha el SEO. Integra palabras clave de forma natural en tus textos para que los motores de búsqueda comprendan de qué trata tu contenido.
No repitas la misma palabra de forma forzada; usa sinónimos como redacción persuasiva, textos que venden o copy.
✅ Sé auténtico. Los usuarios valoran la transparencia y la honestidad. La persuasión efectiva no presiona ni exagera; se basa en argumentos reales y en conectar con las motivaciones del público.
Según mi experiencia, un texto genuino genera más confianza que uno cargado de hipérboles.
El copywriting es mucho más que “escribir para vender”. Es una disciplina que combina psicología, marketing y creatividad para conectar con las personas y guiarlas hacia una decisión.
Desde saber qué es el copywriting hasta este tutorial paso a paso, has visto que cualquier negocio necesita dominar esta habilidad para diferenciarse, atraer y convertir.
Bajo mi punto de vista, la clave está en entender a tu audiencia, aportar valor y expresarte con autenticidad.
Domina las fórmulas, practica, mide y mejora. Con paciencia y dedicación, transformarás simples párrafos en historias que inspiran, persuaden y generan resultados.
Con herramientas visuales fáciles de usar, activadores automáticos y personalización avanzada. MailerLite hace que cada correo cuente. Dale a tus campañas la personalización y automatización que merecen.
¿Qué es el copywriting y en qué consiste?
El copywriting es el arte de escribir mensajes persuasivos que comunican los beneficios de un producto o servicio y animan a una acción concreta. Se trata de ajustar el contenido escrito para que el lector se suscriba, compre o solicite información, combinando creatividad y técnicas de marketing para “escribir para vender.
¿En qué se diferencia el copywriting de la redacción de contenidos?
La redacción de contenidos está orientada a educar o entretener al público mediante artículos, posts o newsletters, aportando valor y posicionamiento. El copywriting, en cambio, tiene como objetivo persuadir al lector para que actúe: comprar un producto, unirse a una lista de correo o tomar otra decisión específica.
¿Por qué es importante el copywriting para un negocio digital?
Porque conecta la oferta con la necesidad del cliente. Un buen copywriting capta la atención, genera confianza y aumenta las conversiones. Tiene un impacto directo en las ventas y contribuye a diferenciar la marca, fortalecer su reputación y fidelizar a los clientes.
¿Cómo empezar en el copywriting? ¿Existen tutoriales o técnicas básicas?
Para iniciarte, ponte en el lugar de tu cliente y escribe pensando en sus emociones y necesidades; edita y simplifica tus textos hasta que sean claros; prueba distintas versiones y analiza cuál funciona mejor; y aprende fórmulas como PAS (Problema-Agitación-Solución) y AIDA (Atención-Interés-Deseo-Acción), que te ayudan a estructurar mensajes persuasivos.